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Bendición del Portal de Belén

 


Hoy 8 de diciembre se ha inaugurado y bendecido el diorama de Navidad de la Casa de la Cultura.  

El evento ha contado con gran afluencia de personas que han podido admirar esta obra realizada por el Grupo Belenista de la Asociación "Guadiana Viva", dedicado en esta ocasión a San Francisco de Asís por el ochocientos aniversario de la primera representación del Portal de Belén. 

Nuestro reconocimiento y gratitud a estas personas por un trabajo bien hecho y por su valioso aporte cultural, así como a nuestro párroco, D. Miguel Sánchez Murillo, por bendecir el diorama. 









Texto explicativo del diorama:

El milagro de Greccio

Con este Belén queremos hacer un pequeño homenaje al patrón de los belenistas, “San Francisco de Asís”. 

Este año se celebran los 800 años de la colocación del primer Belén de la mano del Santo (1223-2023).  Durante la noche de Navidad de 1223, en Greccio, provincia de Rieti, San Francisco conmemoró el nacimiento de Jesús organizando por vez primera una representación viviente del evento. Las palabras del Santo fueron «Si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor, date prisa en ir allá y prepara prontamente lo que te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria del niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno».

Su deseo de hacer una reconstrucción del misterio de la Natividad le costó algún disgusto, ya que, por su amor por los animales, incorporó un buey y una mula, algo que para muchos estaba mal visto. La única ‘imagen’ que se utilizó fue el que representaba al niño Jesús, lo que originó dos leyendas. La primera afirmaba que a la hora en que la tradición fijaba su nacimiento, cobró vida y comenzó a llorar. La segunda es que la imagen sonrió y extendió sus brazos hacia el santo.

A las afueras del convento que se puede divisar al fondo se ha improvisado un altar donde poder celebrar la eucaristía, así como una cuna con heno sobre el que descansará la imagen del niño Jesús. Varias personas acuden al lugar, entre ellos San Francisco para oficiar la misa. Estáis viendo el  “instante” en el que el niño cobra vida y el Santo lo ofrece a todos los presentes. Otro monje se acerca al altar con un nacimiento en las manos como homenaje a todos los belenistas.

Se conserva el heno colocado sobre el pesebre para que, como el Señor multiplicó su santa misericordia, por su medio se curen jumentos y otros animales. Y así sucedió en efecto: muchos animales de la región circunvecina que sufrían diversas enfermedades, comiendo de este heno, curaron de sus dolencias. Más aún, mujeres con partos largos y dolorosos, colocando encima de ellas un poco de heno, dan a luz felizmente.

Paz y Bien.