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Proyecto Intergeneracional 2023 en Guadiana y Pueblonuevo

 


En el curso escolar 2018-2019 comenzó su andadura el proyecto intergeneracional que une a los Centros de Día municipales de Guadiana y Pueblonuevo del Guadiana, a la Fundación Sorapán de Rieros y a los Colegios Públicos San Isidro y Virgen del Rosario de las localidades mencionadas. Este curso escolar que ya da a su fin, tras el parón provocado por la pandemia, hemos retomado con el máximo entusiasmo el proyecto. 

Cada semana, hay un día en que el grupo de niños de 6/7 años camina junto a sus profesoras al Centro de Día para tener un tiempo de actividades junto a los que ya son “sus mayores”. También alguna vez han sido los mayores los que han ido al colegio para realizar las actividades allí. 

Para Inmaculada Sánchez Becerra, Trabajadora Social del Servicio Social de Base de la Mancomunidad Vegas Bajas II, «vivimos en una sociedad con un elevado índice de envejecimiento, donde paradójicamente se produce una exaltación de la juventud y los ancianos cada vez están más solos. Desde las entidades mencionadas, nos planteamos lanzar un proyecto que permitiera la interacción continuada de los mayores de nuestros centros con un grupo de niños y niñas no solo para conocerse y relacionarse, sino también para realizar actividades conjuntas. Pensamos que, cuanto mayor sea el contacto entre niños y mayores, mayor será el conocimiento mutuo y las percepciones reales y no sesgadas entre generaciones».

De esta manera, durante los meses que dura la actividad, todas las semanas se programan y realizan actividades conjuntas entre los niños y niñas de 1º de Primaria y los mayores que acuden a los centros de día: manualidades, cuidado de la salud, juegos populares, historia del pueblo y un largo etc. «Lo importante no es qué hacemos, sino cómo: juntos, con cariño, con alegría, con respeto. Creando vínculos entre los niños/as y los mayores», afirma Inmaculada. 

Y continúa: «En este proyecto todos descubren que el tiempo de jugar y aprender no termina nunca. La inocencia y la vitalidad de los niños tienen la capacidad de aliviar y rejuvenecer a los que ya han atravesado gran parte de su vida. Se trata de una experiencia protagonizada por la ternura, la espontaneidad y la risa, y se fundamenta en la eficacia probada y estudiada de las experiencias intergeneracionales». 

Investigaciones realizadas con este tipo de proyectos indican que proporcionan vivencias placenteras para las personas mayores y mejoran su autoimagen, al incrementar su sentimiento de ser útiles para los demás. Desde la psicología se constata que las personas mayores que están en contacto continuado con generaciones más jóvenes experimentan muchos beneficios cognitivos, incluyendo, entre otros, una reducción en las pérdidas de memoria, en la sintomatología depresiva, en los sentimientos de soledad y aislamiento y un incremento en la satisfacción vital. Esta experiencia permite superar el aislamiento al que muchas veces se ven condenados los mayores.

«El tiempo del encuentro semanal es un espacio en el que interactuar libremente y canalizar sus emociones con los niños y niñas, se sienten útiles pudiendo compartir con ellos sus conocimientos y experiencias y pudiendo ayudarles en determinadas actividades. Resulta también sorprendente para los mayores comprobar cuánto saben los niños de hoy, disfrutar de su alegría, y contagiarse de su vitalidad».

Gracias a este proyecto, los niños obtienen también beneficios positivos en su participación con los mayores: mejoran sus habilidades sociales, sobre todo la empatía y la tolerancia hacia el diferente. Cuando los niños tienen relaciones cercanas con personas mayores, desarrollan una mejor autoestima y autoconocimiento. Según la Trabajadora Social, «se forman una idea más positiva y no estereotipada de las personas mayores y del envejecimiento y tendrán menos dificultades para entenderlos. Cuanto antes se desarrollen relaciones positivas entre niños y mayores, menos probabilidad habrá de que al crecer participen de actitudes discriminatorias en función de la edad que se tiene. Esta experiencia ayuda a los niños a normalizar el envejecimiento, a conocerlo y aceptarlo como parte del curso natural de la vida. En estos pueblos que tienen una historia todavía corta, es fundamental que puedan estar en contacto con las personas que construyeron su pueblo, que lo levantaron y que pusieron las bases para que hoy vivamos así. Por eso creemos que este proyecto es una riqueza no solo para quienes continúan participando en él directamente, sino también para nuestra comunidad». 

Y finaliza de este modo su reflexión: «Es muy importante que, partiendo de los niños, se desarrollen hacia los mayores actitudes de calidez, de cercanía, de cuidado y de aprendizaje, que sepamos valorarlos como fuente de sabiduría y experiencia. La mejor comunidad no es la más rica, ni la más tecnológica, ni la que tiene más recursos, sino la que cuida mejor a sus mayores y sus niños. Este proyecto va de eso, de cuidar, de aprender a cuidarnos mutuamente, conocernos y respetarnos. Va de conectar a unos y a otros con el pasado, con el futuro y con el fluir de la vida».

El proyecto intergeneracional ha supuesto un nuevo éxito que culminará con la clausura de esta edición el día 24 de mayo de 2023.